LA MIRADA.

No debí contártelo yo confiaba en tí y pensé que lo mantendrías en secreto.
Te conté que me morí y que volví a la vida.
Te conté que sabía con antelación las cosas que pasarían.
Eres tan inseguro que no lo soportaste. Una mañana me levanté y te habias marchado.
Ahora que soy una mujer nueva por dentro y por fuera. Me gustaría saber qué piensas.
Cuando me ves en las portadas de las revistas. Ahora que soy una mujer de éxito y tu sólo eres un
caballero andante que vas de un lado a otro sin mas perro que te ladre, bueno sí tienes compañía cuando abulta tu cartera.
En aquel entoces cuando tú te creías una persona mejor que yo.
Y lo grave es que te creí y llegué a pensar que tu eras mucho hombre para mí.
Y era cierto.
Eras muy flojo intelectualmente y según me cuentan tampoco has avanzado mucho en la vida.
Sigues haciendo vida de veinteañero cuando tu pelo brilla por su ausencia y tus amigos tienen a los hijos en la universisdad.
Tu mirada me dice que si volvieras atrás no te irías.
Y yo pienso qué suerte tuve con librarme de este cretino.
Pero sobre todo pienso y afirmo que las personas que no aportan nada a tu vida,  ellas solas
se van. Gracias de todo corazón por dejar despejado mi camino.