No sé si será que huele a otoño, no sé si será que hoy estoy un poco triste.
Pero hay días que decir Gracias no es suficiente.
Gracias por que un día cualquiera vas a tomar un café con tu
marido al PUB TAURO, mi cafetería
favorita, y mientras hablas de la vida
diaria, alguien se acerca y me dice, me gustaría tener tu libro firmado. Tú libro me gustó mucho y dice tantas
verdades…todavía me dio tiempo a seguir sus consejos, a los 15 días mi madre se fue.
Luego te cuentan cosas tan intimas como sus últimos días y
claro una no es de piedra. Y se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón de
alegría, de saber que unas humildes
palabras y unas pocas letras reconfortaron
y ayudaron en los últimos días algún ser humano, amado y querido por sus
familiares.
A veces, decir
Gracias no es suficiente cuando alguien
que está próximo a perder un hijo, dice
que en mis palabras a encontrado respuestas.
A veces, cuando creo
que no sirve de nada contar lo que
cuento y decir lo que digo, vienen
personas y me dicen…tengo tu libro en mi
mesilla de noche. Cuando las dudas son
más grandes que las certezas viene un
amigo y te hace una reseña que te estruja el corazón.
Y si queda algún resquicio aparece el título de tu trabajo
en el periódico y te lo describen mejor de lo que lo harías tú, y lo alaban
como si fuera algo importante.
Hay veces que decir gracias no es suficiente.
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